Nahual
Sigue bebiendo, Orfeo, para que sigas volando
de este mundo hacia el otro, mientras la selva
y sus aves y las criaturas que nadan, se arrastran,
viven bajo la tierra o en las ramas de los árboles,
te acompañan en la ruta escuchándote cantar.
Orfeo, Nahual
¡Mientras el sol y la luna opacan el aire gris
del eclipse prolongado en el que busco a Eurídice!
¡Mientras llegamos a la selva de la muerte!
¡Donde se encuentra Eurídice!