El Regalo

Tienes algo que interesa
y lo escondes en la sala de estar.
Me has traído una sorpresa,
tú que nunca sabes qué regalar
porque siempre has dejado claro
que tengo gustos caros.
Pero he visto algo envuelto,
sabes que ya lo he descubierto.
Y tengo remordimientos,
busco ahora porque sé que no estás.
Debería estar contento,
pero me devora esta ansiedad.
Así que he abierto tu regalo
y todo lo que me he encontrado
es una nota que se explica por sí sola:
«Es la ocasión para decir
que nunca me has hecho feliz.
Es una forma de conseguir
que dejes de pensar en ti.
Tengo razón al admitir
que esto ya no da más de sí.
Mañana dejo este país
que como tú solías decir …
es el fin».