Al Borde

Siempre al borde: frío y humedad,
es costumbre de tanta oscuridad.
Tiras de lluvia, un alma desnuda
y esta hueca soledad.
Baños de dudas, tanta amargura.
Llorar, calmar, llorar.
Más siempre queda tanto más
aire nuevo a respirar.
Y te vuelves a confundir,
frente a un abismo sentir
la miserable presión.
Tus manos tiemblan hasta morir,
con la mirada tan gris,
como silbando un adiós.
¡Detente!
¿Qué haces de tu piel?
¡Detente!
Siempre al borde: crucigramas del ayer.
Sumerges tus sueños entre alcohol
y pan o placer.
Siempre el pasado, juego tan raro
entre hubieras y porque’s.
Es algo tonto, viejos otoños
que ya no te dejan ser.
Y siempre queda tanto más
aire nuevo a respirar.
Y te vuelves a confundir,
frente a un abismo sentir
la miserable presión.
Tus manos tiemblan hasta morir,
con la mirada tan gris,
como silbando un adiós.
¡Detente!
¿Qué haces de tu piel?
¡Detente!
Y te vuelves a confundir,
frente a un abismo sentir
la miserable presión.
Tus manos tiemblan hasta morir,
con la mirada tan gris,
como silbando un adiós.
El miedo te consume,
te corre por las venas,
quema tus ganas de vencerle.
Y mientras más lo piensas
sabrás que no es la puerta,
no sueltes jamás tu fe.
¡Detente!
¿Qué haces de tu piel?
¡Detente!
¡Detente!
¡Detente!
¡Detente!
Piénsalo otra vez…
Siempre queda tanto más…