La paja

Hoy palpita en el ambiente
un presagio celestial.
Un mensaje, una promesa,
una llamada, una señal.
Como un mantra secular
de cegadora intensidad.
¡Hoy follo!¡Hoy follo!
Hoy no voy a hacer ni el huevo.
No me puedo concentrar.
Hoy no quepo en mi camisa.
Nada ya puede fallar.
Hoy estoy de enhorabuena
y tengo el gusto de anunciar que
¡Hoy follo!
Los vecinos que me cruzo
me sonríen al pasar.
Han ornado con guirnaldas
la calle principal.
Hoy no se habla más de fútbol,
ni de crisis, ni de na.
Ni los críos van al cole.
¡Hoy es fiesta nacional!
Se han parado los relojes
de toda la ciudad.
La gente sale de sus coches.
Algo grande va a pasar.
El gesto se congela.
Cesa toda actividad.
¡Hoy follo! ¡Hoy follo!
Se propaga la noticia
a gran velocidad.
No se habla de otra cosa.
Se comenta en cada bar.
Anda pon el telediario
que seguro que lo dan.
¡Hoy follo!
Divulgad la buena nueva
de alcance universal.
También ustedes en sus casas.
No escatimen el champán.
Juntemos nuestras manos.
Recibamos el maná.
¡Y dancemos jubilosos
en febril ceremonial!
¡Hey, hey, hey!
¡Hey, hey, hey!
¡Hey, hey, hey!
¡Hey, hey, hey!
Se alinearon los planetas.
¡Paren las máquinas!
Los muertos se despiertan,
rompen sus lápidas.
Comenzó a temblar la tierra.
¡Alerta máxima!
Conmoción en las alturas.
Broten las lágrimas.
Retozan plácidas las almas cándidas.
¡Qué follón!
¡Hoy follo!
¡Qué follón!
¡Hoy follo!